Cada que sueño contigo, me parece mal augurio. La subdita sensación de sentirme de luto de nuevo. Mucha gente se pregunta cómo pude superarte, después de tanto tiempo, entiendo que nunca lo he hecho. Necesitaba bloquear el dolor, porque a los 16, esos dolores pueden matar a cualquier adolescente tonta, sin embargo, el luto se repartio en pequeñas temporadas durante todos estos años. Como todo recuerdo, eres mejor de lo que probablemente eras, tu imagen se quedó estatica en los 16 años. A veces me sorprendo observando algun estudiante al que desvisto con tus facciones delicadas y tu cabello largo color maple. Nunca he vuelto a ver ojos tan miel ni manos con tan pocas lineas. Probablemente tenias todas las lineas en la mano, pero estaban tan poco marcadas que muchas veces con un lapicero rojo dibujaba su camino. Aquí en la linea de la vida yo viviré contigo en el Df., en este punto nos sentaremos frente a Bellas Artes a ver jugar entre espejos a dos gemelos albinos. Nunca me percate de que la linea de la vida no solo era superficial, sino corta.
Nadie más te recuerda. La mayoría opinan que eres un fantasma de mi adolescencia, algo que se invento mi menarca y mis hormonas. Pero basta que yo recuerde los primeros besos y las manos tibias o los juegos turbios de voyeur. Eres un ciclo inconcluso, el primer amor debería terminar en el primer corazón destrozado por la inmadurez o la infidelidad. Pero lamentablemente siempre te esforzaste por ser bueno y cuidarme lo más que podias.
Hoy tiré las cartas. Todas las cartas, las tuyas y las de ellos. No hay más cartas de amor que las de mi presente. Y sin embargo ¿por qué me siento tan triste?.
Es como si al fin aceptara que no estás y que duele que no estes, aunque probablemente sí estuvieras no sería conmigo ni yo contigo.
Te he convertido en personaje principal de mis cuentos. Incluso como todo lo que me construye como ser humano, formas parte de mis referencias y por lo tanto de mis cliches varoniles. Todos tienen un poco de ti y tambien nada.
Ayer te soñe; detrás de una cortina de baño espiaba tu espalda. El sueño no termina como lo hacia durante la adolescencia, ahora, después de tanto tiempo, el sueño termino en la mirada fija de las manecillas fosforescentes del reloj y un nudo atroz en la garganta. Al levantarme me sentia terriblemente cansada, como si tu espalda, tu cabello mojado, tus manos y tu canción tarareada se hubieran llevado todas mis energias. Me siento como una indigena pura frente a un eclipse de sol; tengo un miedo irracional, creo en tu mal augurio de muerte súbdita y temo a la noche que se cierne sobre mis dias.
Esta bien que te quedas aquí conmigo un rato, sentemonos a recordar las escaleras de la iglesia, los caracoles, el mercado, los cuentos, los poemas, tu mirada bajo mi falda, mi mirada dentro de tus pantalones, el color rosado de nuestras mejillas, la sensación de sentirme linda como jamás lo volveré a ser, sientate a recordar conmigo los futuros que tejimos; el futuro alterno en europa, el futuro alterno en el Df, el futuro alterno en la pobreza de algún pueblo, el futuro alterno de las noches en el campo. Yo puedo recordar por ambos. Así es que finjamos que es dia de muertos, comeré tu alimento favorito y te daré toda la tarde, la noche y la madrugada para recordarte pero mañana, dejame libre.
Nadie más te recuerda. La mayoría opinan que eres un fantasma de mi adolescencia, algo que se invento mi menarca y mis hormonas. Pero basta que yo recuerde los primeros besos y las manos tibias o los juegos turbios de voyeur. Eres un ciclo inconcluso, el primer amor debería terminar en el primer corazón destrozado por la inmadurez o la infidelidad. Pero lamentablemente siempre te esforzaste por ser bueno y cuidarme lo más que podias.
Hoy tiré las cartas. Todas las cartas, las tuyas y las de ellos. No hay más cartas de amor que las de mi presente. Y sin embargo ¿por qué me siento tan triste?.
Es como si al fin aceptara que no estás y que duele que no estes, aunque probablemente sí estuvieras no sería conmigo ni yo contigo.
Te he convertido en personaje principal de mis cuentos. Incluso como todo lo que me construye como ser humano, formas parte de mis referencias y por lo tanto de mis cliches varoniles. Todos tienen un poco de ti y tambien nada.
Ayer te soñe; detrás de una cortina de baño espiaba tu espalda. El sueño no termina como lo hacia durante la adolescencia, ahora, después de tanto tiempo, el sueño termino en la mirada fija de las manecillas fosforescentes del reloj y un nudo atroz en la garganta. Al levantarme me sentia terriblemente cansada, como si tu espalda, tu cabello mojado, tus manos y tu canción tarareada se hubieran llevado todas mis energias. Me siento como una indigena pura frente a un eclipse de sol; tengo un miedo irracional, creo en tu mal augurio de muerte súbdita y temo a la noche que se cierne sobre mis dias.
Esta bien que te quedas aquí conmigo un rato, sentemonos a recordar las escaleras de la iglesia, los caracoles, el mercado, los cuentos, los poemas, tu mirada bajo mi falda, mi mirada dentro de tus pantalones, el color rosado de nuestras mejillas, la sensación de sentirme linda como jamás lo volveré a ser, sientate a recordar conmigo los futuros que tejimos; el futuro alterno en europa, el futuro alterno en el Df, el futuro alterno en la pobreza de algún pueblo, el futuro alterno de las noches en el campo. Yo puedo recordar por ambos. Así es que finjamos que es dia de muertos, comeré tu alimento favorito y te daré toda la tarde, la noche y la madrugada para recordarte pero mañana, dejame libre.
2 comentarios:
mauuuu...
prrrprrrprrr
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