viernes, noviembre 09, 2007

...

Como una servilleta blanca salpicada por el cafe del desayuno, su piel blanca se mantenía rigida ante el soplo artificial de los autos que pasan a su lado. No hay visceras fuera de su languido vientre. Tal vez algunos huesos rotos le perforaron los organos que funcionaban a base de sol y patadas. Era un perro grande.
Tendido sobre el camellon, cuatro patas arriba, como una mesa volteada por un huracan invisible; sus ojos siguen abiertos, pero los gusanos han hecho lo suyo.
No pude evitar acercarme y aspirar hondo el olor putrido que emanaba, aspirar la muerte que descansa en su musculos, aspirar hasta sentir que un dedo intangible penetraba mi garganta y me provocaba arcadas de asco. Lagrimas simplonas brotaron. Las ganas de vomitarle encima crecían dentro de mi garganta aún viva, dentro de mi mente retorcida pensaba:¿por que no?. ¿Por que no vaciar un poco de tibieza sobre ese cuerpo frio? El invierno lo ha mantenido aun completo, cualquier dia de mayo ya seria piel y huesos entre gusanos. Finalmente, me aleje lentamente, tape mi nariz y boca con las manos. Los ojos del perro muerto se cerraron.

De vez en cuando, me gusta estirar la vida hasta que siento que existe.

2 comentarios:

  1. Q hubos muchacha!!

    Tenkius por los comments, en cuanto me enseñe a linkear te pongo jeje
    Tan chidos tus rollos bien densos pero chidos, jaja solo esper no hacerme adicto a estas cosillas llamadas blogs.

    ResponderBorrar

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.