El centro historico de San Luis Potosí esta divido en 7 barrios; El Pariancito se encuentra en el Barrio de San Sebastian, uno de los más centricos.
El dichoso Pariancito, es un negocio familiar que ha sobrevivido por más de 4 decadas. Mi suegro que ya ronda los 60 años iba a comer ahi cuando era niño. Así es que hagan cuentas. En el lugar solo se venden ordenes de tripita, medula y machitos. Esas visceras grasocillas que le dan asco a muchos mexicanos, pero que aunque no quieran forma parte de nuestra amplia y sabrosa gastronomía arrabalera. El negocio era atendido por "Don Juanito", el clásico taquero entrañable al que todo el barrio conoce y que él a su vez entabla amistades sinceras que se fraguan en un buen taco. Su memoria se ha mantenido lúcida gracias a los innumerables clientes a los que aún reconoce; asi como a los hijos o incluso a los hijos de los hijos.
El Pariancito es uno de esos simbolos que representan un estado, aunque no salga en la guia turistica ni en los libros de historia, es como Juan del Jarro o el Sr. de las Palomas, forma parte de las leyendas potosinas y su fama a hecho que se le escriban poemas o notas en el periodico, las cuales lucen carcomidas en marcos humildes.
Humilde tambien es el inmobilario del lugar. A pesar de estar dentro de una casa no ha perdido su alma de "puesto de tacos" y no hay mesas. Largas barras se llenan de gente que parada degusta sus ordenes de tripa o de machitos. Solo hay una mesa en un rincón,con dos banquitas largas donde uno puede darse cuenta como le ha cambiado el carácter a los potosino, agriandose la amabilidad de provincia. El niño dueño me contó que cuando él era niño tambien iban a comer junto con sus abuelos y sus padres, aveces cuando habia lugar en la mesa, la gente se sentaba y mientras se hechaba su taco conversaba. Hoy ya no es así, apesar de ser poca la gente en la mesa, todos te miran con recelo o peor aún los que ocupan la mesa (una pareja la ocupaba antes que nosotros) se sientan en medio intentando ocupar todo el espacio posible. Que se le va a hacer.
Don Juanito logicamente ya es muy viejo, así es que el negocio es atendido por sus hijos e hijas y probablemente, nietos. De vez en cuando se le ve por ahi, pero solo en papel de espectador.
Las tripitas y machitos del Pariancito tienen tan buen sazón, que si no se llega antes de las 6 ya no se alcanza ni una tortilla. Aunque he dicho que venden "tacos", realmente lo que venden son ordenes, en un plato te hechan la tripa o los machitos (o la mitad y la mitad, según lo pidas) la verdura por un lado y la salsita por otro, luego te dan un bonchecito de tortillitas calientes y a tupirle.
Después de atascarnos los dos con 50 varos, nos fuimos caminando al centro para darle su segunda repasada al moncho: la parte dulce. A cargo de unos panecitos caseros que descubrimos en una tiendita cercana a la plaza de fundadores. En el camino pasamos por el centro del Barrio de San Sebastian, con su iglesia y su kiosko. Como la ciudad se ve bonita cuando llueve, el niño dueño se clavo tomandome fotos en el kiosko..jejeje..pero le quedaron bonitas, si quieren verlas todas, puchenle a la foto.
2 comentarios:
Wow mira de lo que se entera uno, yo estudie la primaria muy cerca en lerdp de tejada en una escuela de monjas, pero ni idea del pariansito, pero en fin como buena expatriada de mi presioso d.f. mis lugares magicos estan alla, entre ellos los tacos de sur 122, en la portales, los tacos de barbacoa en la calle donde vivia mi papa los eskimos en el mercado de por casa de mi abuela... hay tantas cosas aunque dejame decirte que en los casi 20 años que tengo de ser residente de pueblo quieto me he convencido que los potosinos (los de la ciudad solamente los de la huesteca son lindos) son super agrios de caracter chocoso e infulas de grandeza...
sip, sé a lo que te refieres, yo tambien naci y creci en el Df, aparte de extrañar toda su diversidad cultural y el movimiento urbano, extraño su gastronomia arrabaleraaaaa...mhmhmhmh...se me antojó un tamal de mole..
en fin..es bueno saber que tengo a alguien con quien compartir la nostalgia del terruño
ronroneos.
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