Ultimamente me pasa.
Cada año, antes de mi cumpleaños me pongo nostalgica.
No triste, es solo que un mes o dias antes de cumplir un año más de haber salido al mundo, me encuentro recordando mis dias de gato chiquito.
Estos dias en la ciudad han sido extraños, no solo parecen pasar en camára lenta, sino que el clima (¿no qué era una exageración lo del calentamiento global?) es demasiado incongruente e impredecible.
Hace unas semanas estuvo lloviendo, esta semana hacia un frio de la chingada en la mañana y en la noche, pero en la tarde el sol era capaz de derretirte si permanecias más de 10 min. en el sol.
Hoy amanecío otra vez nublado. Desde que vi el cielo, en mi mente se activo una rolita que me recuerda mi infancia. Era un pequeño gato comunista, porque mis papas eran (son) amantes de Cuba, el Che, la Trova Cubana y la música de protesta. Pero tambien consumían los melosos exitos de sus años. Serrat para mí entra en lo meloso (pero lindo) y recuerdo mucho en los dias de lluvia, la canción que mi mamá ponia una y otra vez en nuestro tocadiscos: "Tiempo de lluvia".
Todavía se me hace triste.
De la noche a la mañana llega junto a la ventana con su frío aliento otoñal y se acuna en el cristal en un suave baile entre los brazos del aire. Sin saber cómo de gris la casa se vistió, como el plomo el día amaneció. Es tiempo de lluvias, tiempo de amarse a media voz, de oír de nuevo el tic-tac del reloj. Es tiempo de lluvias. De vivir de beso en beso entre paredes de yeso y dejar los días correr sin mañana y sin ayer porque no se acaba ni mi amor, ni mi amada. Sin saber cómo de gris la casa se vistió, como el plomo el día amaneció. Es tiempo de lluvias, tiempo de amarse a media voz, de oír de nuevo el tic-tac del reloj. Es tiempo de lluvias. Acércate, ven y siéntate.
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